Cómo limpiar el coral de la playa
Todo joyero con unos cuantos años de experiencia acabará manejando un collar de coral (rojo o rosa) que parece opaco un par de pendientes de coral poco atractivos y se encontrará con un cliente con una mirada desesperada, preguntando si le han timado.
De hecho, aparte de mi consejo absoluto de pedir siempre una garantía de autenticidad, en la naturaleza, el verdadero coral es realmente opaco. De todos modos, esto se ve bien en productos particulares como el coral antiguo de Sciacca.
El coral se limpiaba poniendo una cierta cantidad en bolsas de yute (llamadas “pupatello”) junto con un agente de limpieza secreto (cada empresa tenía su propia receta de oro). Después de añadirles agua pulverizada, las bolsas cerradas se agitaban constantemente durante al menos 6 o 7 horas sobre estacas de madera.
Hoy en día, aunque los ingredientes como el coral, el polvo de coral, el agua corriente y el agente “limpiador” secreto siguen siendo los mismos, el proceso se realiza en burbujas que consiguen el mismo trabajo pero con menos esfuerzo para el pobre empleado.
A lo sumo, sólo puedo recomendarte que utilices una gota (pero no más) de aceite de oliva virgen extra (italiano, por supuesto) empapado en un poco de algodón, para dar algo de brillo a tu collar; sigo siendo de la idea de que, en cualquier caso, es mejor confiar en un experto.
Cómo conservar el coral muerto
Utilizado como adorno desde la prehistoria, se han encontrado incrustaciones y adornos de coral en tumbas celtas de la Edad de Hierro. Se creía que el coral, una piedra preciosa orgánica procedente del mar, otorgaba sabiduría, protegía del mal, curaba las heridas y calmaba el alma.
Aunque los arrecifes de coral son un fenómeno mundial, sólo el coral de las aguas cálidas del océano se utiliza para fabricar joyas. Hay yacimientos notables en el Mar Rojo, el Golfo de Vizcaya, las Islas Canarias, Japón, Hawai y varias regiones del Mediterráneo. El coral es una piedra preciosa de semitranslúcida a opaca. Se compone de carbonato de calcio con un rastro de caroteno, depositado por diminutas criaturas marinas que viven en las profundidades de los mares cálidos en enormes colonias. Crece en ramas que parecen árboles submarinos. Estos frágiles “árboles” de coral se recolectaban antes con redes de arrastre, pero hoy los buceadores de aguas profundas recogen el coral a mano de forma concienzuda. Los preciosos trozos de coral se limpian, clasifican y clasifican.
El coral auténtico, sin tratar, es la más rara de las gemas de coral, y suele ser la más valiosa. El blanco es el tono más común del coral, pero se pueden encontrar otros tonos, como el rosa, el naranja, el rojo y el negro. El tono más raro es el rojo intenso. La mayor parte del coral se engasta en incrustaciones, cuentas, tallas o cabujones.
Cómo conservar el coral
El coral es un material orgánico compuesto básicamente por carbonato cálcico. Está sujeto a la corrosión por agentes químicos como los perfumes, los jabones, algunas cremas y, a la larga, también el sudor humano. Por eso le recomendamos que lo haga:
El coral se puede limpiar o pulir de varias maneras. La única operación que se puede realizar en casa es frotarlo con un paño de algodón seco o parcialmente húmedo. En caso de que desee limpiarlo con más precisión, lo que requeriría un poco de jabón, es mejor utilizar detergentes neutros, como el líquido lavavajillas. Sin embargo, le recomendamos que aclare la joya enseguida, para evitar que el color se desvanezca. Por lo tanto, para obtener los mejores resultados, actúe de la siguiente manera: a) enjabone la joya, b) frótela con un paño de algodón de sofá, c) aclárela inmediatamente después con agua corriente, d) séquela con precisión. Si la joya de coral no recupera su color y matices naturales, llévela a un servicio técnico cualificado.
Hay varios factores que contribuyen al precio del coral; en primer lugar, la rareza y el tamaño (cuanto mayor sea la pieza, mayor será el precio por gramo); otro factor importante es su origen, que es su característica tipológica más distintiva. Otros factores que contribuyen a su valor específico son sus poros, vetas y vórtices. Estos tres factores contribuyen a reducir su precio. El último factor que influye positiva o negativamente en el valor del coral es la talla, que puede ser preciosa o defectuosa. En el caso de los camafeos o esculturas talladas en coral bruto, la mano del artista puede aportar al producto un valor adicional considerable. .
Cómo limpiar la pared de roca de coral
Utilizado como adorno desde la prehistoria, se han encontrado incrustaciones y adornos de coral en tumbas celtas de la Edad de Hierro. Se creía que el coral, una piedra preciosa orgánica procedente del mar, otorgaba sabiduría, protegía del mal, curaba las heridas y calmaba el alma.
Aunque los arrecifes de coral son un fenómeno mundial, sólo el coral de las aguas cálidas del océano se utiliza para fabricar joyas. Hay depósitos notables en el Mar Rojo, el Golfo de Vizcaya, las Islas Canarias, Japón, Hawai y varias regiones del Mediterráneo. El coral es una piedra preciosa de semitranslúcida a opaca. Se compone de carbonato de calcio con un rastro de caroteno, depositado por diminutas criaturas marinas que viven en las profundidades de los mares cálidos en enormes colonias. Crece en ramas que parecen árboles submarinos. Estos frágiles “árboles” de coral se recolectaban antes con redes de arrastre, pero hoy los buceadores de aguas profundas recogen el coral a mano de forma concienzuda. Los preciosos trozos de coral se limpian, clasifican y clasifican.
El coral auténtico, sin tratar, es la más rara de las gemas de coral, y suele ser la más valiosa. El blanco es el tono más común del coral, pero se pueden encontrar otros tonos, como el rosa, el naranja, el rojo y el negro. El tono más raro es el rojo intenso. La mayor parte del coral se engasta en incrustaciones, cuentas, tallas o cabujones.